jueves, 6 de marzo de 2008

MINISTRY & CO-CONSPIRATORS “Cover Up”

(13th Planet Records / Avispa)

Cuando parecía que estos chicos no iban a volver a grabar discos de estudio, Al Jourgensen líder e ideólogo de la banda, se saca de la manga este trabajo de versiones de clásicos setenteros. Junto a él los Co-Conspirators, que no son más que un puñado de amigos reconocidos y reconocibles dentro del metal industrial más cañero que acompañan a Al para, con irregular, pero bastante más acierto de lo que yo pudiera pensar, revisar algunos de los himnos inmortales del rock de siempre. Entre las más destacadas sin duda el clásico glam “Bang A Gong” de Marc Bolan y sus T. Rex que respetan bastante y le dan una vuelta de rosca enérgica, al igual que dos habituales a la hora de ser versioneadas como “Space Trucking” de Deep Purple y “Radar Love” de Golden Earring dotando a ambas de una fiereza que en cierto modo las ensucia pero que no las afecta excesivamente en su estructura original. En segundo escalón podemos situar “Black Betty” de Ram Jam y “Mississippi Queen” Mountain, algo más embarulladas pero también bastante conseguidas, y en el caso de la segunda con la participación del propio Leslie West que la grabó originalmente y del vocalista de Prong Tommy Victor. Siguiendo con los colaboradores comentar que “Under My Thumb” de los Stones pone su poderosa voz el cantante de Fear Factory Burton C. Bell, dentro de uno de los temas más experimentales y poco reconocibles, al igual que “Just Got Paid” de ZZ Top que aceleran en exceso sin mucho sentido. “Roadhouse Blues” de los Doors ya aparecía en la anterior obra de Ministry, “The Last Sucker” y entonces ya pudimos comprobar a que niveles de endurecimiento y aceleración pueden llegar con la base de un tema setentero con un correcto resultado. “Supernaut” de Black Sabbath me da la impresión que es una de las más previsibles y cercanas al grupo, pasada por el tamiz de la electrónica mantiene la base pesada de antaño y como me sucede con la original se me hace demasiado espesa y es de las que menos me ha gustado, al igual que “Lay Lady Lay” del casi siempre cansino Bob Dylan que es bastante tostón. La curiosidad final de “It’s A Wonderful World” de Louis Amstrong mejora el decadente tramo final, sobre todo en su segunda mitad donde la aceleran y endurecen notablemente rozando el punk y el hardcore más directos. Un curioso corte, para un curioso disco de una banda que nunca ha llegado a convencerme, pero que con cositas como esta muestran su capacidad de trabajo y poco encasillamiento y han conseguido que haga por verles, aunque sea un rato, en el Sweden Rock Festival, en el que actuarán este verano. Eso sí, puristas muy puristas del rock setentero casi mejor abstenerse, pero si queréis pasar un rato divertido y cañero gran parte de este disco puede valeros perfectamente.

Mariano Palomo

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