miércoles, 19 de marzo de 2008

DOMINICI “O3 A Trilogy – Part 3”

(Inside Out / Mastertrax)

Charlie Domici, el que fuera vocalista del primer trabajo de Dream Theater “When Day And Dream Unite”, pone el cierre a la trilogía “O3”. Una trilogía que inició de forma puramente acústica en su primera parte, que ya dotó de energía y poderío eléctrico en la segunda, y que ahora completa en la tercera siguiendo la estela de ésta. Para ello vuelve a contar con los mismos competentes e instrumentistas de Solid Vision que le acompañaron entonces, el brillante y punzante guitarrista Brian Maillard, el buen teclista Americo Rigoldi, el sólido bajista Ricardo Atzeni y el poderoso batería Yan Maillard, arropando todos ellos a la personal y no excesivamente brillante, todo hay que decirlo, voz de Dominici. El sonido de los ocho cortes del trabajo nos lleva inevitablemente al de la ex banda de Charlie en su faceta más metalera, aunque también por momentos a la más melódica. Se alternan los temas de larga duración con los más asequibles, consiguiendo momentos brillantes sobre todo en lo que a solos de guitarra y ambientaciones de teclados se refiere, y siempre con mucha solidez y compacidad en el sonido. El comienzo de la inicial “King Of Terror” con sonidos tranquilos y acústicos a modo de intro dentro del mismo tema, nos va preparando para los riffs que dispara Brian Maillard desde su guitarra sobre la pesada base de su hermano Yan y de Atzeni, alternando buenos cambios de ritmo más melódicos. “March Into Hell” muestra unos tintes más oscuros y contundentes, pero resulta ser de las más directas, mientras que “So Help God” supone una relajación total donde lucen las guitarras, tanto acústicas como eléctricas, en su versión más suave. Vuelve la caña y las estructuras más progresivas con “Liquid Lightning” de buenos versos y estribillo, y más aun con la compleja, bien ejecutada y extensa “Liquid God” que es DT total, y con la más melódica y directa “Revelation”. Algo más coja se me queda “Hell On Earth” demasiado pesada, y mejoran en la que cierra que curiosamente se titula “Genesis” y que vuelve a ser una buena demostración de nivel instrumental con intrincados cambios de ritmo, pero sin perder intensidad en sus casi once minutos de duración. Un buen colofón para una interesante obra que seguro gustará a los seguidores más metaleros del progresivo.

Mariano Palomo

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