miércoles, 19 de septiembre de 2007

THE FLOWER KINGS “The Sum Of No Evil”

(InsideOut / Mastertrax)

Con una docena de trabajos a sus espaldas y con otros tantos años de trayectoria musical, estos suecos poco tienen ya que demostrar a estas alturas. Pero a pesar de todo no dejan de intentar sorprender a sus fieles seguidores álbum tras álbum, algo que creo conseguirán nuevamente con este extremadamente progresivo, en el más amplio sentido de la palabra, “The Sum Of No Evil”. Un disco realmente muy complicado de comentar en pocas palabras, y en el que confluyen infinidad de sonidos, fantasías y elucubraciones salidas de la imaginación del guitarrista, cantante y líder de la banda Roine Slot. Consigue unir complejidad y calidad instrumental prácticamente a partes iguales, bien acompañado por la buena ejecutoría de sus compañeros de formación, destacando por encima de todos la labor del teclista Tomas Bodin que se luce a lo largo y ancho de la obra. Una obra a la que se le puede poner casi cualquier calificativo menos comercial, enrevesada, compleja, lisérgica por momentos, podrían cuadrarle, amén de sorpresiva al ofrecernos más de hora y cuarto de música en apenas seis cortes que podemos dividir en tres bloques según su duración. El primero de ellos con dos temas de duración más o menos asequible, “Trading My Soul” llena de sinfonismo, bastante tranquilita y con buenos detalles del guitarrista Hasse Fröberg en sus siete minutos largos, y en la instrumental “Flight 999 (Brimstone Air)” con teclas y riffs más agresivos y con arreglos psicodélicos y jazzies, sobre todo en la batería de Zoltan Csorsz, creando un curioso y por momentos desquiciante contraste. El segundo bloque corresponde a temas de poco más de trece minutos, en los que ya empiezan a explayarse a modo, el primero y con el que se abre el trabajo “One More Time” muy sinfónica, más cercana a bandas que en su momento rozaron el pop como Genesis e incluso Marillion, sobre todo por los buenos estribillos que se hacen un hueco entre la maraña instrumental que domina el trabajo con un estilo bastante high tech que me recuerda a Cannata pero mucho más purista y curiosamente sin apenas cambios de ritmo; el segundo corte del “club de los 13” es “The Sum Of No Reason” en la que no queda prácticamente nada de asequibilidad y continuidad convirtiéndose una continua improvisación, incluso con partes realmente oscuras; el tercer corte de este bloque “Life In Motion” es más relajada con el estribillo más reconocible y cercana a la onda de “One More Time”. Y el tercer bloque lo copan los nada menos que veinticinco minutos cincuenta segundos de “Love Is The Answer” es prácticamente una obra conceptual en sí misma, aquí evidentemente sí con buenos cambios de ritmo, sonidos de los más diversos comenzando de forma relajada para ir creciendo y acabar convirtiéndose en una especie de banda sonora de película bucólica de dibujos animados, que os aseguro que me ha ayudado a pasar más de un trayecto de metro haciendo que me olvidara de la hora punta. Prefiero no meterme en más detalles y enumerar cada uno de los matices que adornan tanto este tema como el disco en su conjunto, ya que en cualquier caso creo que sería muy complicado plasmar lo que estos cinco suecos nos han querido transmitir. Eso sí, si te gustan los temas directos, comerciales y fáciles de escuchar, vete olvidando de este trabajo; ahora, si eres seguidor de rock sinfónico progresivo más elaborado, puede que estés ante una de tus adquisiciones de obligado cumplimiento. Yo me quedo un poco entre medias.

Mariano Palomo

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