viernes, 23 de noviembre de 2007

GARY HUGHES “Veritas”

(Frontiers / Mastertrax)

Tras casi diez años de espera, llega a nuestras manos lo que podemos considerar la continuación de “Precious Ones” último álbum propiamente en solitario de Gary Hughes. Entre medias un montón de discos tanto en su faceta de productor como de músico, por su puesto con su banda de siempre Ten, trabajando con otros artistas como Bob Catley, o haciendo una magnífica obra conceptual basada en la historia del Rey Arturo como fue aquel “Once And Future King”. Y la verdad es que lo que me he encontrado en este “Veritas” me ha dejado bastante a medias, lejos de la brillantez compositiva, que no de producción que nunca ha sido su fuerte, de las primeras entregas de Ten o del mismo Gary en solitario. Echo en falta este disco la chispa y la garra de antaño, ese toque épico que apenas asoma en aislados retazos, en definitiva demasiada paja (mental en algún caso) y poco grano. Si tuviera que nombrar los temas que realmente me han convencido de los doce que componen este trabajo me sobrarían dedos de una mano, en algunos se aprecian buenas intenciones, pero se diluyen en sonido impropio de alguien con tanta trayectoria en la música, embarullado por momentos, muy poco definido en general y excesivamente popero en ocasiones. Y eso que como decía algún tema rescatable por supuesto que hay, como la inicial “Veritas” que da nombre al disco, única en la que se aprecia ese aire épico y en la que se ensamblan bien un directo estribillo y una clara musicalidad con protagonismo de teclas y guitarras dotando de agilidad al tema; la más hard rockera y divertida “I Know It’s Time” que tiene cierto aire Springsteen y de las pocas que consigue hacer que nos movamos, pero que, como todo el disco, si la pilla Dennis Ward para producirla podría haber hecho de ella un hit y así se queda en el intento, al igual que “Emerald Sea” más típicamente Gary Hughes de los principios, a pesar de su estribillo algo horterilla. Son bastante aceptables también “See Love Through My Eyes” más melosa y ya con las guitarras más apagadas, pero bien construida, el medio tiempo “Wide Awake In Dreamland” donde Gary se defiende mucho mejor utilizando su limitada voz con gran acierto, como le sucede en la balada que cierra “Everlasting Night” con protagonismo total del piano del que también se encarga el propio Hughes. Entre medias, desde temas que suenan a pop ochentero con unos teclados vacíos que parecen metidos con calzador, caso de “I Pray For You” o la interminable “Synchronicity” con unos coros infantiles a base de “na, na, na, na” que se repiten una y otra vez si acabar de arrancar en sus ocho minutos, y que probablemente si la hubiera hecho con la mitad de duración y con un buen solo de guitarra podría haber quedado bastante decente. Otros cortes como “In My Head”, “Time To Pray” o “Strange” sí suenan bastante a lo que nos tiene acostumbrado el británico, pero están muy lejos de convencerme, demasiado sosas, no me dicen nada. Lástima que todo el trabajo y tiempo invertido por Gary que se encarga de prácticamente todo en este disco, acompañado por varios músicos entre ellos sus compañeros en Ten los guitarristas Chris Francis y John Halliwell que tampoco es que se luzcan mucho, tenga un resultado tan poco convincente. Tiraremos una vez más del rico refranero castellano y le aplicaremos como hemos hecho en otras ocasiones aquello de “El que mucho abarca poco aprieta”. Una lástima.
Mariano Palomo

No hay comentarios: