lunes, 12 de noviembre de 2007

GAMMA RAY “Land Of The Free II”

(SPV / Mastertrax)

¡Por fin! Otra vez el gran Kai y sus huestes nos dan el disco que esperábamos. “No World Order” fue un gran trabajo, pero había más sabor a Judas Priest que a Gamma Ray. En cuanto a “Majestic”, aunque técnicamente era impecable, se adentraba en unos terrenos bastante alejados de los que suelen transitar los Rayos Gamma. Ya era hora de que Gamma Ray volvieran a ser los de siempre. Sólo con escuchar el primer tema, “Into The Storm”, te invade una sensación de reencuentro mezclada con júbilo. La frase “land of the free” se oye unas cuantas veces. Al contrario que los vecinos de enfrente (¿hace falta dar nombres?), llamar “Land Of The Free II” a este CD no es una burda, descarada, y hasta reconocida maniobra comercial. La verdad es que, si las letras hubieran sido de ciencia-ficción, también se podría haber titulado “Somewhere Out in Space II”. No es que las composiciones sean como las de “Land Of The Free”, más bien son como las de aquella época en general. Se recupera la esencia de los años de consolidación definitiva de Gamma Ray, cuando en vez de debilitarse por la tremenda pérdida de Ralf como cantante, se vieron reforzados al asumir Kai el protagonismo vocal, alcanzando sus mayores niveles de popularidad. Los Rayos Gamma más clásicos, los que se convirtieron en la punta de lanza de la eclosión del power metal, están de nuevo de vuelta, y el título del álbum lo refleja perfectamente. Otra vez simpáticos y alegres temas como “Rain”, “Leaving Hell” o “Real Wold”. Con esos inconfundibles y majestuosos coros, como en “From The Ashes”, en “When The World” o en “To Mohter Earth”, quizá la que más me ha recordado a los tiempos de Helloween. Como no puede ser de otra forma, nunca falta alguna canción larga, elaborada y poco comercial, alguno la llamaría simplemente rarita, en este caso “Oportunity” y sobre todo, “Insurrection”, con sus cerca de doce minutos. La mayor sorpresa para mí ha sido “Empress”, un homenaje consciente o no, cualquiera sabe, al “Princess Of The Down” de Accept. Hace tantos años que la formación no sufre ningún cambio, que recordar quién se encarga de cada instrumento me parece del todo superfluo. Sólo nos queda rezar para que a Kai, Henjo, Dirk y Dan no les de por retomar en el futuro sendas experimentales. Y, ni que decir tiene, disfrutar del presente momento.
Nacho Jordán

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