miércoles, 23 de abril de 2008

HEADHUNTER “Parasite Of Society”

(AFM / Avispa)

La banda paralela del líder de Destruction, Schmier, vuelve con nuevo disco bajo el brazo aprovechando el tirón de las reediciones de sus tres anteriores obras de la primera mitad de los 90’s. El bajista y vocalista alemán, vuelve junto a sus compatriotas y compañeros de andanzas orginales, Schmuddel a la guitarra y el experimentado y pluriempleado Jörg Michael a la batería. El disco ofrece lo que podíamos esperar de una banda como Headhunter, heavy metal potente, veloz, rozando el speed y thrash, con buena aportación instrumental y sin demasiadas florituras. Cortes acelerados e impactantes como “Parasiste Of Society” que, tras la curiosa y breve “3rd Man Introduction”, da título y abre el trabajo con voces rasgadas y pesadas guitarras, o la más dinámica afilada “Silverskull” en la que el sonido heavy metal old school centroeuropeo está más que patente, al igual que en la más agresiva y algo embarullada “Doomsday For The Prayer” en la que destaca un buen solo de guitarra a cargo de Schmuddel. Se acercan más al thrash con “Egomaniac”, de base machacona aunque con toque técnico en sus cambios de ritmo a lo Mekong Delta que la hace destacable, como a la más pausada e intimista de aires épicos en sus coros “Backs To The Wall”. Unos aires que también aparecen en la más oscura y repetitiva “The Calling” cuyas guitarras me recuerdan a los americanos Metal Church, mientras que los sonidos más clásicos a lo Judas / Motorhead se apoderan de “Read My Lips” aunque sin acabar de redondear la faena. La parte más pesada y oscura la ponen “Remission” con su atmósfera tétrica y “Payback Time” que es la más floja del disco por su falta de ritmo. Como curiosidad incluyen dos versiones, bastante fieles y dignas las dos, una previsible aunque poco habitual como es “Rapid Fire” que abría el glorioso “British Steel” de Judas Priest con la voz de Schmier lógicamente más oscura que la de Halford, y la otra bastante sorprendente del “18 And Life” de Skid Row, un poco más lenta que la original, con la voz bastante agresiva pero con el solo de guitarra más flojo. Un buen par de guindas para un jugoso pastel que, sin ser la quintaesencia del metal, sí supone digno y competente trabajo de regreso.
Mariano Palomo

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